Koldho apareció en una escuela, le dieron de comer y allí esperaba todas las mañanas a esa persona que lo alimentaba. Al poco tiempo fue atropellado por un auto, su pata trasera estaba comprometida. Lo llevamos a la veterinaria, le hicieron placas donde se comprobó que no había fractura. Luego de varias curaciones y su recuperación empezamos la búsqueda de la familia que se merecía.

De esta manera conocimos a Marta y María quienes fueron sus adoptantes definitivas. Ellas le dieron todo el amor y cuidado que se imaginan. Hoy es el bebé de la casa junto a su hermana Enriqueta. Son tan felices que no pueden estar el uno sin el otro.

Gracias a la familia que lo adoptó y a todos los que colaboraron para cambiarle la realidad a Koldho.

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